Las festividades del calendario hebreo se vivencian en Israel de un modo especial. Parece que el espíritu que flota en la atmósfera se potencia a medida que nos vamos acercando a la fecha del jag y durante el festejo en sí mismo, en el que toda la población vibra ante cada símbolo que se exhibe públicamente.

Tal es así con Janucá. Próximos a su llegada, las vidrieras de los comercios de todo el país se llenan de sevivonim y de janukiot creadas en una gran variedad de técnicas y estilos artísticos. Los locales gastronómicos exhiben en sus estanterías levivot y sufganiot, alimentos típicos que se consumen en abundancia durante toda la semana de Janucá. Los teatros en las distintas ciudades presentan obras alusivas al relato histórico del jag; los medios de comunicación promocionan excursiones que se organizan por todo el país, invitando a recorrer especialmente lugares históricos y tradicionales.

Todo el quehacer en las instituciones, desde los establecimientos escolares hasta los centros dedicados al desarrollo científico y desde los ámbitos artísticos hasta las avenidas, pasando por numerosos ámbitos públicos y privados, transforman sus rutinas cotidianas para incluir indicadores que nos sumergen en un clima particular. Una especie de magia especial que se prolonga por los ocho días del jag.

A través de las propuestas que presentamos a continuación, nos trasladaremos virtualmente al lugar en que estas transformaciones se suceden para sentirnos inmersos en ellas. Será una forma de enriquecernos nosotros también con los aportes de toda la creatividad que inspira el mensaje de Januká al tiempo de su llegada cada año a la vida en Israel.