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2.
Yehuda Halevi cantó “Mi corazón está en el Oriente y yo en el extremo del Occidente”.
Eso es un paseo judío, es el juego judío de corazones entre oriente y occidente,
entre yo y el corazón, ida y vuelta, ida sin vuelta y vuelta sin ida,
errante sin pecado, un paseo infinito, que incluso el judío Freud hizo
entre cuerpo y alma y entre alma y alma y morir entre ambos.
¡Oh! ¡Qué mundo es este en el que el corazón está en un sitio y el cuerpo en otro!
(casi como un corazón extraído de un cuerpo y trasplantado en otro).
3.
Moshé Rabenu, cuando estaba de pie en el monte Nevó,
fue el primero en decir “Mi corazón está en el Occidente y yo en el extremo del Oriente”.
Pero también dijo: “Mi corazón está en el Oriente y yo en el extremo del Occidente”
y comenzó el gran viaje, el gran paseo judío.
El monte Nevó fue para él la divisoria de aguas de su añoranza.
Añoraba la Tierra de Cnaan que no vería jamás
y se dirigió al este, al desierto de los cuarenta años
y escribió la Torá como un diario de viajes
y recuerdos y en cada capítulo algo muy personal,
solamente suyo, como la hija de Paró, como su hermana Miriam,
su hermano Aharón y la mujer cushit y los Diez Mandamientos.
[1] Fragmento. En Abierto, cerrado, abierto, Ediciones Schoken, Jerusalén, 1998.